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83.
Glosa
a esta Trova de Boscão:
Justa fué mi perdición,
de mis males soy contento;
ya no espero galardón,
pues vuestro merecimiento
satistizo a mi pasiôn
.
Después que Amor me formó
todo de amor, cual me veo,
en las leyes que me dió,
el mirar me consintió,
y defendióme el deseo.
Mas el alma, como injusta,
en viendo tal perfección,
dió a al deseo ocasión:
y pues quebré ley tan justa,
justa fué mi perdición.
Mostrándoseme el Amor
más benigno que cruel,
sobre tirano, traidor,
de celos de mi dolor,
quiso tomar parte en él.
Yo, que tan dulce tormento
no quieto dallo, aunque peco,
resisto, y no lo consiento;
mas si me lo toma á trueco,
de mis males soy contento.
Señora, ved lo que ordena
este Amor tan falso nuestro!
Por pagar á costa ajena
manda que de un mirar vuestro
haga el premio de mi pena.
Mas vos, para que veáis
tan engañosa tención,
aunque muerto me sintáis,
no miréis, que, si miráis,
ya no espero galardón.
¿Pues que premio (me diréis)
esperas que será bueno?
Sabed, si no lo sabéis,
que es lo más de lo que peno
lo menos que merecéis.
¿Quién hace al mal tan ufano,
y tan libre al sentimiento?
¿El deseo? No, que es vano.
¿El Amor? No, que es tirano
¿Pues? Vuestro merecimiento.
No pudiendo Amor robarme
de mis tan caros despojos,
aunque fué por más honrarme,
vos sola para matarme
le prestastes vuestros ojos.
Matáronme ambos á dos;
mas á vos con mas razón
debe él la satisfacción;
que á mi por él, y por vos,
satisfizo mi pasió.
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